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El artista neoyorquino Aakash Nihalani rompe todos los estereotipos relacionados con los artistas urbanos: no tiene un alias para firmar sus intervenciones, usa su propio nombre; su trabajo lo hace a la luz del día y no durante la noche para ocultar su verdadera identidad, y lo mejor de su proyecto es que no utiliza materiales que dañan al medio ambiente. Su principal herramienta de creación son cintas adhesivas con colores fosforescentes que, además de resaltar en el espacio, le permiten crear efectos tridimensionales en superficies planas. Con sus formas favoritas, las figuras geométricas, literalmente se apropia del espacio, lo interviene, lo transforma, lo complementa, e incluso lo define.
Todas las composiciones que realiza las hace con la intención de invitar al transeúnte a interactuar con la intervención, cuestión que resulta francamente divertida al observar de qué manera el público comienza a dialogar con las piezas
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